Sobrepeso y Articulaciones
Cómo evitar el dolor y el desgaste
Ya conocemos bien la conexión que hay entre el sobrepeso y su impacto sobre la salud, ha sido ampliamente estudiado y hay mucha evidencia científica sobre ello, afecta negativamente a muchas funciones de nuestro cuerpo.
Algunas de ellas son las afecciones de las articulaciones de miembros inferiores. A más peso cargamos a las piernas que sostienen la parte superior, más trabajo y desgaste para nuestro cuerpo.
Desde luego la relación de los kilos demás con el desgaste de las piernas y la discapacidad física es un motivo más para hablar de la importancia del control del peso.
¿Qué es la osteoartritis?
La osteoartritis es el resultado de un proceso que provoca una alteración del equilibrio entre los mecanismos de destrucción y reparación de los tejidos de una articulación, lo cual genera un desgaste progresivo. Varios factores de riesgo están en el origen de esta afección: genéticos, sexo, edad, raza, peso corporal, control motor, lesiones previas, actividad física general.
El síntoma por excelencia es el dolor “mecánico” progresivo, es decir, un dolor asociado al movimiento o a la carga física, que afecta cada vez más la función articular. Es frecuente en personas mayores de 65 años y es una de las causas de discapacidad en el mundo.
La buena noticia es que la obesidad es un factor de riesgo modificable para el caso de la osteoartritis en miembros inferiores (como sospecharás, la articulación más comprometida es la rodilla). Esto quiere decir que, si nos ponemos las pilas atendiendo a nuestro metabolismo, alimentación y ejercicio, lo podemos controlar.
¿Cómo sé si tengo exceso de peso?
El indicador más utilizado y simple para definirlo es el Índice de Masa Corporal (IMC), se obtiene dividiendo el peso de la persona en kilos entre el cuadrado de su talla en metros [IMC = peso (kg) / talla2 (m)]. Si el valor es mayor a 25 la persona presenta exceso de peso, si es mayor o igual a 30 se trata de obesidad.
El exceso de tejido adiposo es un problema de salud creciente a nivel mundial. A medida que envejecemos y el problema se incrementa, se combina con la disminución de los niveles de actividad física y pérdida de masa muscular, lo cual representa el caldo perfecto para el desarrollo de una patología articular degenerativa.
El dolor como mensaje de alarma
Nuestro cuerpo es sabio, es una bio-máquina inteligente que cuenta con su propio sistema de compensaciones para lograr su objetivo: mantenernos vivos. Cuando algo anda a mal, utiliza el dolor como mensaje de alarma. Nos toca a nosotros hacer algo para recuperar el ansiado bienestar.
Inflamación, dolor, disminución del tono muscular, mayor inestabilidad articular, aumento de peso, y más dolor. El círculo vicioso que persistirá hasta que hagamos algo por remediarlo.
Si bien existen tratamientos y paleativos, ninguna alternativa debería sustituir el acondicionamiento físico a partir del control de peso, desarrollo de la fuerza muscular y equilibrio; esta es la clave para prevenir la patología articular y debe formar parte de cualquier tratamiento.
Ok, me hago cargo ¿por dónde empiezo?
La ayuda profesional, sin duda, es recomendable en pacientes con exceso de peso. En la primera etapa, será fundamental el asesoramiento del nutricionista. También es una excelente idea combinar el plan con acompañamiento psicológico.
Algo interesante que podemos añadir al plan de alimentación, es el consumo de suplementos que nos ayuden a reparar tejidos dañados y re-armar los músculos como el colágeno hidrolizado.
Una vez que conseguimos empezar a bajar kilos, la actividad física empezará a tomar protagonismo. De a poco y con ejercicios aeróbicos suaves sin impacto y aumentando la intensidad después.
Otro profesional que nos puede ayudar durante el tratamiento es el médico fisiatra, o un buen fisioterapeuta, para educar, controlar la adaptación, y monitorear los cambios del plan personalizado de actividad física progresiva.
Que NO debemos hacer
Las actividades con estímulos de alto impacto e inestabilidad, como los saltos, las aceleraciones con cambio de dirección o el levantamiento de mucho peso, son las más agresivas para las articulaciones, exponiéndonos a posibles lesiones. Si venimos de un estado de sobrepeso, pérdida de masa muscular y fuerza, o déficit de equilibrio por pasar demasiado tiempo sentados; debemos empezar paso a paso y con ejercicios suaves. Romper progresivamente con esas limitaciones no es fácil, pero la ayuda del fisioterapeuta y/o el monitor de educación física aumentará considerablemente las posibilidades de éxito del programa.
¿Cuál es el ejercicio adecuado para mí?
Todos los de bajo impacto o impacto nulo. El aquagym, pilates, la bicicleta o la elíptica son opciones muy recomendadas para aprovechar los beneficios del movimiento, minimizando los riesgos. Además, son divertidas y sentirás que estás flotando. A partir de dominar este punto abordaremos la estimulación del control motor necesario para actividades como caminar, alcanzar el bus, o subir y bajar escaleras.
Desde luego debemos valorar el trabajo del equipo de rehabilitación en muchos de estos casos, pues marcará la diferencia hacia el futuro de la función motora.
Conclusión
La vida es un regalo que se nos ofrece para ser disfrutado junto a nuestros seres queridos. Para ello contamos con un cuerpo capaz de realizar incontables funciones, algunas conscientes y otras inconscientes que se autogestionan mientras nosotros simplemente vamos viviendo la vida. Si la salud se ve interrumpida por el dolor, ya no estaremos disfrutando de nada. Con el tiempo empezamos a engrosar la lista de las cosas que no podemos hacer y, naturalmente, esto acabará afectando nuestro ánimo.
Hemos de aprender a cultivar esa “tensión de vida”, haciendo lo necesario por ayudar a nuestro cuerpo a mantenerse fuerte y saludable. Este objetivo bien gestionado puede llevarnos muy lejos, facilitándonos una vida larga y plena. Te animamos a que vayas a por ello con la mejor de las energías.
Gracias por leer hasta aquí. Si te gustó este artículo comenta y comparte.